[Contando estrellas]
-A esa de ahí la vamos a llamar lucero. Le decía su padre.- ¿Y a esa que brilla mucho y está a la derecha cómo quieres llamarla?
-Hmmm Jo no vale. Lucero ya existe. Pero bueno, da igual. Pues a esa le llamaré diamantisa le contestó María.
-¿Diamantisa? Anda que se te ocurren a ti nombres bonitos eh. Me toca. ¿Ves esa estrella que brilla tanto y está encima de las demás? Es la más bonita de esta noche, y sin duda la que con más fuerza brilla. A esa voy a llamarle María, porque es casi tan preciosa y brillante como tú. Pero aunque sea muy hermosa esa estrella, jamás habrá una que sea tan especial como tú.
Entonces María sonreía. Con simples palabras o con gestos que su padre dejaba escapar, María se sentía la niña más querida del mundo. A menudo su padre le decía que era su gran tesoro y que no dejaría que nadie se lo arrebatara. Y le ponía el ejemplo de los piratas y su botín, que cuando lo tenían entre sus manos no lo dejaban escapar.
Su padre trabajaba hasta tarde. Aunque María se tenía que ir a la cama pronto porque tenía que madrugar para ir al colegio, no se dormía hasta que no oía el coche de su padre llegar. Hacía un ruido espantoso y se enteraba todo el barrio. Ese ruido espantoso era la canción de cuna que María necesitaba oír cada noche para dormirse y quedarse tranquila.
El padre de María, antes de irse a dormir se pasaba por la habitación de su pequeña.
Esta noche, cuando venía hacia aquí he visto una estrella fugaz, pero tampoco ha conseguido maravillarme tanto como lo hacen tus ojos. Te quiero, mi alegre estrella
María se hacía la dormida mientras su padre le susurraba esas últimas palabras del día. Pero grababa todo en su mente y en su corazón.
Era viernes, y como cada viernes María esperaba a que su padre llegara más temprano de lo habitual para contar con ella las estrellas. Comprobó que se retrasaba. No le dio demasiada importancia porque sabía que no se le había olvidado y que vendría. Comenzó a contarlas ella. Una, dos, tres, cuatro . Pasó un largo rato y su padre seguía sin llegar. Comenzó a impacientarse. Sonó el teléfono de fondo, pero no escuchó lo que se hablaba. Minutos después se le acercó su madre bastante nerviosa.
-Mi vida, esta noche se va a quedar aquí tita Julia contigo, ¿vale? Yo tengo que salir y hoy no voy a poder dormir aquí. Lo que necesites se lo pides a tu tita. Le dijo su madre.
-¿Y papá? Le estoy esperando para contar las estrellas.
La madre de María le sonrió sin decir ni una palabra, pero no pudo evitar que una lágrima rodara por su mejilla.
Al principio María no entendía qué estaba pasando. Le preguntaba a su tita Julia y no le respondía. Su madre no estaba para resolverle sus dudas y su padre seguía sin aparecer. Pero si hoy es viernes y teníamos que ver las estrellas juntos ¿Cómo se le ha podido olvidar? Se preguntaba María.
Esa noche, al irse a la cama, volvió a quedarse despierta hasta que oyese a su padre llegar. Pero esa noche, el coche no hizo ningún ruido. Y al final, el sueño pudo con María.
A la mañana siguiente, la madre de María le habló:
-María, no pienses que papá se olvidó de vuestra cita.
-Sí que lo hizo porque no vino a ver las estrellas conmigo.
-Cariño Ayer papá vio una estrella fugaz tan grande, tan grande, tan grande que se pudo subir en ella e ir al cielo. Se ha quedado allí para poder verte cada noche y cuidarte mejor así. Si está colgado de una estrella, o sentado en la luna, os veréis cada noche, cuando tú vayas a mirarlas. Y durante el día no se tendrá que preocupar de sus obligaciones. Podrá verte desde el cielo y ayudarte en todo.
-Pero, ¿no va a volver?
-Su cuerpo está con las estrellas para cuidarte, pero él está aquí, y no se marchará jamás.
La madre de María le puso la mano en su corazón para mostrarle donde estaría siempre su padre.
María seguía esperando cada noche las palabras susurradas que su padre le dedicaba. Pero nunca las volvió a oír. Se tuvo que conformar con repetir en su cabeza y en su corazón lo que grabó cada noche mientras se hacía la dormida.
María sólo había visto en su vida un par de estrellas fugaces. A partir de la noche en la que su padre subió hasta el cielo para estar con las estrellas y cuidarle, María veía estrellas fugaces cada noche.
Ella sabía que esas estrellas fugaces eran un guiño de su padre, para hacerle ver que siempre estaría con ella.
18 comentarios
Maribel -
Bruixeta -
Dynaheir -
Maribel >>> jooo no era mi intención!!!
Tharsis >>> Otro besote preciosa! Y gracias por pasarte!!
Bruixeta >>> Brujita!!! No te emociones jo que no era mi intención!!!
Viento Nocturno >>> Puessss... No sé chico... piensa que la niña es feliz :)
Agua >>> ok guapa! un beso en la punta de la nariz!!
LuNa >>> Ya te echaba de menos ehhh.
Corazón >>> Y yo me alegro de que te lo pases bien conmigo :) Un beso!
Corazón... -
ME ENCANTA... tus historias son geniales, gracias. Junto a ti se lo pasa uno muy bien...
Un beso y no dejes de escribir que lo haces muy bien!
;o)
Bruixeta -
LuNa -
Agua -
te envie un email, tarde pero segura!
Un beso en la punta de la nariz!
Viento Nocturno -
Cuando la gente que queremos se nos va, no muere del todo. Sigue viviendo en nosotros. En nuestras mentes y en nuestos corazones. Se quedan sus palabras, sus caricias, sus enseñanzas, sus gestos. Se quedan recuerdos que se vuelven parte de nosotros.
¿Y las estrellas? Las estrellas son magia.
PD. ¿Que hago con el nudo que me quedó en la garganta?
Bruixeta -
PD: Maribel, yo me lo creo, xq estoy igual que tú...Besos
Tharsis -
Maribel -
Jo niña, eso no vale!!!
Sory -
Besote !!
PD --> te he contestado en mi blog, pero te lo digo también por aquí! Cuenta conmigo para el juego! :) Lo unico que me voy la semana que viene entera! Asi que... si no teneis problema en esperaros, acepto ! :P
Gracias por avisarme ! :)
Dynaheir -
Bueno, con doce años a mi mejor amigo. Pero sé que está bien :)
synnove -
Cuando mi padre murió me llevaron de merendola al campo para que me enterase lo mas tarde posible... pero eso es lo de menos.
umm. Te dejo mi e-mail
Dynaheir -
Marta >>>> A mí también me gustan las fotos! :p Y sí, a mí también me ha parecido triste la historia... Intenté que fuera de otra forma pero salió esto. Si es que soy un desastre xD
Marta -
Que quería decirte, que las fotos que has puesto en los últimos posts, son geniales.
Un beso.
Marta -
Jo, que triste la historia!! Eso no vale. Me ha encantado de principio a fin. Me ha recordado cuando yo puedo mirar las estrellas con mi padre, en sus vacaciones, y como suele decirme cuales son cada una. Y el final, a pesar de la tristeza, ellos seguirán unidos, gracias a los detalles que tuvo el padre con la hija, en vida. Me ha gustado mucho, mucho.
Mi escaparate -
Un fuerte abrazo ;-)